Para cumplir lo prometido en anterior entrada, hoy con motivo de mostraros una secuencia entera de la pelea de dos
machos, os descubriré como y donde hago fotos de Avutarda.
Mis primeras intentonas de acercamiento las hice,
después de ilustrarme sobre su distribución y hábitos, en la reserva de
Villafáfila, en Zamora.
Me acercaba cada año empezado ya abril ,
durante tres años, y plantaba mi hide con permiso o sin permiso que ya no me
acuerdo, en el mismo lugar cerca de unas retamas que era lo único que podía
camuflarlo en esa inmensa estepa cerealista. Las esperas no bajaban de siete
horas en el hide.
Me alojaba en Villalpando y a las seis o
cinco de la mañana me aventuraba hacia mi escondite. Tengo fotografías de dicha
época, pero nunca conseguí que se acercaran más de cien metros con lo que
cuanto más desesperaba, más crecía el ansia de obtener una buena
toma.
También probé cerca de Madrid por la zona
de Cobeña, y otro tanto de lo mismo. Fotos muy lejanas.
En estos años aprendí lo realmente esquivo
y precavido que era dicha especie. Salvo a los tractores no permitía que se le
acercara nada ni nadie. Para ser un animal que se había dejado de cazar
hace décadas su instinto se mostraba como si esto no hubiera
sucedido.
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Mi primera rueda. |